La luz tenue azulina cae sobre tu blanca piel, mis manos recorriendo tus muslos con suavidad, tu mano izquierda rozando mi pelo, me hablas, le dices a la nada con una sonrisa en los labios, "Cómo, dime cómo podría dejar de hacer ésto..." te beso el cuello, no tengo una respuesta para eso, ninguno de los dos tiene un argumento tan fuerte como para desistir de "ésto"... Es cómoda tu cama, me gusta, me dices divertido, yo pienso que en mucho tiempo no abría este espacio tan privado para nadie, y ahí estas tu, desnudo, sudado, entre mis sabanas. La música de fondo suave, hablando en susurros, suaves besos, entregados, cómplices, amigos, sobre todo, amigos... la burbuja pronto se romperá y todo deberá volver a la normalidad, él a su casa, a su familia, yo a mi vida, a mi solitaria y locuaz realidad...
Las palabras, significan tan poco, dulce néctar placebo de esta enfermedad, atrapados en esta invisible red, en esta tela de araña que ambos desde que nos reencontramos tejimos en torno a los dos, las palabras, tantas como los intentos en dejar este vicio que es tu piel, tu voz, tu olor... quizás, problemas, no quiero, no puedo, quizás, para siempre, no sabemos, hasta pronto, te necesito, no puedo, amigos, tu amistad...
La luz tenue azulina en mi espalda, en tus manos, en mis senos, en tu rostro, en el mio quebrado, asesando luego de tanto placer, aunque te vea quince minutos en mi día, es lo que lo hace realmente feliz... prefiero verte a ti que estar con ella, no puedo, es difícil... yo no te pido nada, vivamos el presente, nadie tiene que saberlo, divino tesoro escondido, tesoro maldito, solo tu ganas en esta turbia historia, no lo dudo un segundo, te sigo el juego, pierdo el control, me toma el tornado y no me suelta jamas...
Tomas mi mano y ya pierdo toda voluntad...
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