lunes, 13 de enero de 2014

Una noche diferente

Una noche muy diferente a las que vivo día a día, sin responsabilidades, con todo el tiempo del mundo, me di permiso para sentirme mujer, para dejarme llevar, para hacer lo que se me viniera en ganas. Primera noche que paso con un hombre desde hace mucho tiempo, este tipo con el que me he estado viendo por mas de un año pero con el cual no hay relación alguna, se estableció desde el principio que esto seria solo sexo, y así cada uno hace lo suyo y cumple su parte del trato, y es así como en este cuento nos hemos dado cita en moteles, aire libre, casas varias, pero esta vez fue distinto, solos los dos en su casa, hubo cariños, arrumacos, besos tiernos, música romántica, risas, cosquillas, sentí la complicidad que hace bastante tiempo no sentía con nadie, creo que ambos nos entregamos un poco al juego, no me atrevo a decir a entregar amor, eso no existe, incluso el sexo fue distinto, algo torpe, divertido, no tan fogoso como otras veces, mas pausado. Nos dormimos abrazados, de la mano.

                                                                                                                                                                                                  
Pero al amanecer todo volvió a ser como debe ser. 
"Debe ser". Maldición. Y lo entiendo, lo acepto con resignación. Maldición, maldición, maldición. 






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